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miércoles, 20 de febrero de 2013

Porque esta tía es muy grande. Creerme.

Porque esta niña es la que me ha aguantado día tarde y noche. La que ha salido a bailar y me ha hecho disfrutar. Me ha sonreido cuando la miraba mal cuando lloraba. Me ha secado lágrimas que de verdad no valían la pena. Me ha hecho llorar de alegría, me ha enseñado a decir la verdad, aun que duela. Como ella lo hace, porque aun que duela las mentiras al fin y al cabo duelen más con le tiempo. Me has hecho llorar con puras realidades, pero que me han beneficiado. Me has aguantado mis noches dándolo todo y contado mil historias. Imaginando historias que podrán ser irreales pero son fantasías. Has sabido comprender, escuchar y ayudar. Porque gracias, gracias a ti he aprendido a ser como soy, gracias por hacerme ver que de una pequeña persona podemos sacar a la persona más grande del mundo y aquí tenemos el ejemplo, tú. No hay nada más grande que la ilusión de haberte conocido porque de un pequeño pueblecito puede a ver poquita gente y mira, aquí estamos. Y sé, tengo claro que contigo puedo poner la mano, el cuerpo entero en el fuego que sé que tu a mi no me fallas. Que eres muy grande, tía. Mi alma gemela, la que a más de 200 kilómetros sé que aun así me acompaña, siempre. Las ganas inmensas con las que me despierto día a día de querer verte ya, porque te echo realmente de menos. Y me encantaría estar en grandes circustancias a tu lado. Porque eres muy dura, con una permanente sonrisa día a día pero sabes, sé, que las cosas a veces te duelen, te llegan y a mi ya no me mientes guapa, pocas veces me la das ya, que son 14 añitos nena. Sabes que me vas a tener tanto para lo bueno y para lo malo, qué pollas digo, ¡TU NUNCA, NUNCA VAS A TENER MOMENTOS MALOS! Ahí estaré yo, para intentar sacar tu lado positivo.   QUE TE QUIERO Y MUCHO.




lunes, 11 de febrero de 2013

Palabras que duelen más que los silencios que agobian.

  
Hay situaciones que marcan irremediablemente
 el cambio de procesos en tu día a día. Hay palabras que duelen más que silencios que agobian. Que está puta sociedad no se da cuenta de lo que puede llegar a marcar una palabra, una jodida palabra. Puede poner principio y fin. Dura, larga, intensa. Dolorosa. Principio y tal vez un final trágico pero con salida. Puede causar mil y una preocupación hacia aquella persona dirigida. Porque puede causar asco, dolor, perdida de sangre, cambios de humor bruscos, perdida de seres a quienes les debías mucho, rechazo a sí misma, ver cosas que ni si quiera son verdad. Porque un reflejo puede doler más que una imagen. Un sueño más que la realidad. No os podéis hacer a la idea de las personas que andan preocupadas por su imagen hacía las personas, hacia sí misma, hacía un espejo. Personas que desean saber el peso día a día para ver si tal vez aun que sea perdido unos gramos. Incluso llega a ser adictivo eso de comer y comer sin ganas e ir corriendo al baño, abrir todos y cada uno de los grifos poner de excusa que andas lavándote los dientes y en realidad estás tirada con un moño más alto que nadie, para no intentar mancharte, de cuclillas frente al váter expulsando todo y cada uno de los trocitos que has masticado, incluso sin meter los dedos haces toda la fuerza necesaria para expulsarlo, que no quede nada. Hasta llegar a sangrar. Y duele. Porque está sociedad está super valorada por un físico sin importancia.

jueves, 7 de febrero de 2013

¿Qué tal si de hoy en adelante?

Acompáñame.
 Tienes reservado el hueco que sobra de mi cama. Al lado, junto a mí. Se tú quién lo llene, quién lo ocupe, quien no deje ese lado frío. Pero eh, tienes que cumplir, tienes que soportarme ante todo, tienes que abrazarme. Tienes que convivir conmigo. Tienes que ser quien pase el domingo al lado de mí, ya que toda la semana ha sido dura. Quiero que seas tú quien me vea sin maquillaje y recién levantada. Quien me dé un beso al irme a dormir  acompañado de unas 'buenas noches' aun que hayamos discutido durante todo el día. Dime quién ocuparía ese lugar mejor que tú, supongo que nadie. Supongo no, es que directamente sé que eres tu, como tú, ninguno. Porque podría ponerme a miles entre ellos tú y todos tapados y por lo que sea, te acabaría reconociendo. Escúchame decirte que te quiero cuando realmente lo sienta. Dejemos cada enfado en un abrazo y un beso.