De tanto llorar ya lloro de la risa.

No es que sea un día de lo más divertido y bonito que he vivido, yo creo que es al contrario  todo ha ido mal, demasiado mal diría yo. Creía que hoy era el fin de todo, veía el camino cerrado por una gran muralla con piedras, que no podría quitarlas aun que me dieran una vida eterna, no, nunca podría quitarlas por el simple echo de los putos recuerdos. Todo me recuerda a él, a sus grandes mentiras que me llenaron la cabeza creyendo que eran totalmente reales, como una estúpida fui creyendo todo, y aun sigo aquí sentada creyendo que volverás. Pero al fin y al cabo sigo riéndome  hasta derramar lágrimas, riéndome de lo estúpida que he sido creyéndote y queriéndote pero olvidándote tan a la vez.